El más habitual es una fuga de gas refrigerante, pero también son comunes una acumulación excesiva de residuos en el filtro del habitáculo, o un fallo eléctrico en el sistema de ventilación.
En cualquier caso, el sistema del aire acondicionado es un sistema eléctrico interno y como tal es muy sensible, por lo que se aconseja dejar su revisión y puesta en marcha en manos de profesionales.